Sonrió como quien escucha la ocurrencia de un niño y no dijo nada. Por la tarde ha estado trabajando en su mesa de despacho. Hace un momento ha traído a la mía, en la galería, un papel que acababa de encontrar y que contenía un poemita de amor sin terminar, garabateado no se acuerda ya cuándo: el regalo para mí de su cumpleaños. No sé cómo lo he mirado -creí que con asombro-, pero me ha dicho:
-Deseo cumplido.
Chagall
1 comentario:
¡Qué bonito¡ Todo¡
Publicar un comentario