lunes, 8 de enero de 2018

Con Antonio Cabrera, una extraña hermandad

  Sí, una extraña hermandad es la que vive el lector de poesía con aquellos poetas cuyos textos, además de inspirarle una profunda admiración, además de emocionarle, le llevan a la sorpresa inexplicable de la identificación. Hablo de una identificación en planteamientos que una, a veces, ni siquiera era consciente de haberse hecho. Ya sé es raro, es una extraña hermandad. No escribimos igual y, sin embargo, cuánto de mi manera de sentir el mundo me desvela el poema ajeno. Es difícil de explicar, pero eso que ocurre muy de vez en cuando, con muy pocos poetas. Me ocurre, por ejemplo, con gran parte de la poesía de antonio Cabrera. Entre otros, con el poema que aquí reproduzco para celebrar los progresos de su recuperación. Así que, en vez de decir públicamente "bravo, sigue así", compatiré con quien quiera asomarse a esta ventana un ejemplo: uno de esos poemas.

(Extraído del libro La estación perpetua, Premio Loewe)

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