sábado, 30 de junio de 2012

Borges y la última lección del curso

   Borges me ganó para su prosa ya en mi adolescencia, la maravilla de su verso la conocí poco después; lo recuerdo bien porque mi primer trabajo de Literatura Hispanoamericana en la Facultad me empeñé en hacerlo sobre la obra del argentino que ya me tenía obsesionada; probablemente el último fue el que redacté, en quinto de carrera, para la asignatura optativa "Problemas Lingüísticos" y se ocupaba del uso de los pronombres personales en su prosa. Así estaba yo de abducida. Conozco bien, pues, su obra y, desde luego, su peculiar sintaxis, hasta tal punto que determinadas estructuras lingüísticas me redireccionan imaginativamente a este ciego sabio: la exactitud de su vocabulario, la plenitud cargada de sus metáforas, la frecuencia inusual de la voz pasiva que le da esa distancia elegante, sus deliciosos oxímoros...
   Traigo esto aquí, porque hace unos días, intentando arrimar el ascua a mi sardina (la de la buena poesía) en el transcurso de las horitas de clase que quedan cuando la evaluación ya está hecha, recordé (me los sé de memoria y los tengo enmarcados en casa) los dos primeros cuartetos de un impresionante díptico de sonetos de amor perdido de quien fue tan poco proclive a las efusiones sentimentales:

1964

I
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines: Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,

cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.
(...)

Me limité a recitarlo casi en voz baja y muy lentamente. Se hizo un gran silencio que se prolongó  unos tres segundos después de que yo pronunciara "días". No les dije nada más. Y ellos: "¡qué bonito!"  Y me ofrecí a colgarlo en el apartado "Poesía necesaria" de la web homónima a este blog. No les quise estropear el momento de asombro hablándoles de las tres maravillosas metáforas que parecen serlo de la luna...  y resulta que son, indirectamente, metáforas de la pérdida: "espejo del pasado, cristal de soledad, sol de agonías" y convierten esa luna en el símbolo de todas las pérdidas... y cómo, con el mismo método pudoroso, transfiere la brutal emoción de su recuerdo al paisaje a unos "lentos jardines", a una luna "espejo del pasado", ni del  paralelismo grave cargado de dignidad que es paralelismo sintáctico, sí, pero que acentualmente es prácticamente un quiasmo al recaer los dos acentos del  verso en el sustantivo del primer sintagma y en el adjetivo del segundo, ambos trisílabos en tanto que "fiel" y "días", los enmarcan breves como si sirviesen de entrecomillado sonoro y escuetamente lapidario. Pero qué maravilla.
La última lección del curso fue no explicarles nada de esto y dejar que este medio poema los noqueara sin diseccionar su puño.
Detalle de "Lección de Anatomía" de Rembrandt


lunes, 25 de junio de 2012

Vuelve el levante

   Vuelve el viento de levante, esta especie de maldición veraniega  -una más junto con la aparición de las chancletas y la aniquilación del bendito silencio nocturno- volvió ayer en su variante desesperanzada (levante en calma) y apunta a estas horas a la versión desesperante (levante desatado). Ya estábamos teniendo demasiada suerte. 
    
  
Kandinski
   Si un británico del siglo XIII asoció la luna a la aparición de los hombres lobo (leyenda que ya existía), yo voy a divulgar que fue el levante lo que salió de la caja de Pandora, y que sólo él arrastró todo el bienestar hasta la morada de los dioses dejando a los pobres mortales hechos una birria. 

jueves, 21 de junio de 2012

Día 21

  Quizá, como decía Issa, hay instantes escasos y luminosos en que se nos hace muy patente el gran misterio de la vida... Sin embargo, el gran misterio constante para el hombre es la muerte.
Pedro Sevilla publicaba en el nº 4 de Isla de Siltolá (pág. 33) este estupendo poemita:



                Cementerio en Rabat


         ¿Que no se olvida a los muertos?
         Yo he visto cubrir al mármol
         la yerba de un cementerio.


         Son los desastres del tiempo,
         que con el tiempo olvidamos
         los recuerdos de un recuerdo.


         Menos mal que Dios es bueno,
         y a lo mejor con sus manos
         nos roza y nos hace eternos.


   Hay un mármol concreto en el que es posible que haya mucha hierba, no me importa; sin embargo, en el Sagrario que hay casi enfrente de casa no quiero que falte nunca una rosa; porque yo sí espero, contra toda soberbia empirista, que con sus manos...






miércoles, 20 de junio de 2012

Un haiku fallido


  Después de ver el comentario de Fernando me he sentido valiente y ahí va mi casi haiku, versión en español de la versión en inglés de Hass del original en japonés de Issa:


Qué extraño es esto:
estar viva y aquí,
bajo el cerezo en flor 
         

   Pero ni la métrica ni el pálpito son lo que debían ser.


David de Ubaldis

martes, 19 de junio de 2012

Poesía a tres bandas


 Me escribe José María Moreno Carrascal desde los EEUU, donde ahora reside, y me hace llegar este juego de poesía a tres bandas: tres lenguas, tres continentes; tres siglos desde la versión original, para mí inalcanzable. Yo sólo copio:

Leía ese haikú del japonés Issa (siglo XVII) traducido al inglés por Robert Hass:


 "What a strange thing!
to be alive
beneath the cherry blossoms".
Qué cosa tan sorprendentemente extraña es la vida... 


 Me ha sido imposible verter esa emoción exacta del texto inglés en unos versos en español. Es curioso. Unos versos tan simples, unos conceptos tan universales... y no he sabido provocar el mismo efecto (lo más cercano es la exclamación de mi amigo). Me pregunto qué se habrá quedado en el poemita japonés o qué parte de esa sensación de poesía se debe a los versos en lengua inglesa. En fin, el mismo problema de siempre.




domingo, 17 de junio de 2012

¡Pobre Don Quijote!

   Pocas cosas hay más aburridas que corregir exámenes, se lo puedo asegurar a ustedes: después de mirar las evoluciones de los Grandes Hermanos en televisión, corregir exámenes es la segunda actividad más aburrida que se me viene a las mientes. Menos mal que, de vez en cuando, mis alumnos me hacen la tarea algo más divertida; como hace un ratito, cuando le he leído a un estudiante de primero de bachillerato una perla impagable: que nuestro don Quijote "decidió hacerse caballero herrante" Así, como lo leen (que en este caso es más apropiado que decir "como lo oyen"). El desplazamiento doble del vocablo es genial. Y , digo yo, que en las órdenes de caballería, este título debería ser muy apreciado; algo así como "el motociclista gasolinante".

Miren qué carita se le ha quedado al susodicho

miércoles, 13 de junio de 2012

Maneras de sentir el tiempo

     El resultado es un tanto "cultista" y otro tanto "apretao", pero es que, al firmar este artículo, representaba a la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia y, además, tenía que caber en el espacio prestado por el Diario; de modo que ha quedado así.

Dalí, naturalmente

lunes, 11 de junio de 2012

Ya lo decían en el siglo XII

   
   De Jaufré Rudel:


     No sap chantar qui so non di
     ni vers trobar qui motz no fa
     ni conois rima co´s va
     si razó non enten en si;
    
    En traducción de Martín e Isabel de Riquer: "No sabe cantar quien no dice la tonada, ni trovar versos quien no compone las palabras, ni sabe qué cosa sea la rima si él mismo no entiende la razón".
    Ya sé que ahora no pretendemos que nos canten (aunque no estaría mal, ¿eh?); pero yo sigo pensando, como el trovador del siglo XII, que tres son los pilares del buen poeta (adaptándolo, claro, a mi modo y a este siglo
a) buen oído (usar apropiadamente las connotaciones de la música de las palabras y del verso) 
b) dominio de la gramática y de la convención  
y c) inteligencia (razón). Ésta última, más que nada, para no decir tonterías.


Miniatura de la Biblia de Vic. (s. XIII)


domingo, 10 de junio de 2012

Alejarse

    Es falso que calle quien otorga; con frecuencia, calla quien se aleja. Las palabras, por duras que sean, son siempre puentes en el abismo.

Hopper, naturalmente.

jueves, 7 de junio de 2012

Generosidad intelectual

    Anoche sonó el teléfono en casa. Un número desconocido. Temiéndome lo peor (una perorata para cambiar de compañía telefónica o una  atrevida invitación a pedirle dinero prestado a un banco) descolgué con cierta desgana... "Soy Aquilino Duque". ¡Qué sorpresa tan estupenda!  Ha leído el avance de las traducciones de Kaléko que acaba de aparecer en la revista Isla de Siltolá, donde él mismo colabora siempre con brillantez. Tras un rato de generosos elogios detallados, llega la generosidad mayor -y con qué delicadeza-: "Eres joven, claro". Me dice que por eso hay un término que él cree que no traduzco justamente: "En los diccionarios de ahora ni tan siquiera aparece la acepción, pero en la Alemania de hace años era un vocablo que empleaban públicamente sectores antisemitas...". Sé que pocos hombres de su generación pueden tener una cultura europeísta tan importante. Le agradezco muchísimo la información y me propongo averiguar más sobre el término. Aproximadamente una hora más tarde vuelve a llamar. Ha estado investigando y me ofrece la traducción justa "para que la  edición del libro, ya próxima, sea perfecta". Y me regala la solución al problema.