viernes, 8 de febrero de 2013

Cierto batiburrillo a partir de Rilke

  Hay autores a los que una vuelve siempre: Borges, Proust, Rilke... procuro tenerlos siempre al alcance de la mano. Ayer, releyendo Los papeles de Malte Laurids Brigge, Rilke se cruza primero con Borges y después con Proust y entonces me explico muchas cosas sobre mis propias preferencias lectoras, y sobre por qué lee una y sobre por qué lee una lo que lee. Los dos párrafos los tenía yo ya subrayados, supongo que desde la primera vez que leí el libro, pero que esas ideas me parecen absolutamente coincidentes con otras de Borges o de Proust no está escrito, como tantas otras veces he hecho, a lápiz y en el margen. Es ahora, en esta segunda lectura cuando me doy cuenta.
  Se cruza Rilke con Borges cuando escribe:
     "Es posible que no se sepa nada de todas las muchachitas que, sin embargo viven? ¿Es posible que se diga: "las mujeres", "los niños", "los muchachos" y no se sospeche (no se sospeche a pesar de toda su cultura) que esas palabras, desde hace mucho tiempo, no tienen plural, sino solamente singular?
                                (Traducción de Franciasco Ayala)


   El texto de Borges que me ha rescatado de la desmemoria es éste:


  "Me quedé pensando y le pregunté si verdaderamente se sentía hermano de todos. Por ejemplo, de todos los empresarios de pompas fúnebres, de todos los carteros, de todos buzos, de todos los que viven en la acera de los números pares, de todos los afónicos, etcétera. Me dijo que su libro se refería a la gran masa de los oprimidos y parias.-Tu masa de oprimidos y de parias -le contesté- no es más que una abstracción. Sólo los individuos existen"


  Algo más adelante leo en Rilke:


    "Tal como la encuentro en mi recuerdo infantilmente modificado no es un edificio; está toda ella rota y repartida en mí; aquí una pieza, allá una pieza y acá un extremo de pasillo que no reúne a estas dos piezas sino que está conservado en cuanto que fragmento. Así es cómo todo está desparramado en mí; las habitaciones, las escaleras que descendían con lentitud ceremoniosa; otras escaleras (...)


   Y ese fragmento está hermanado con la larga y admirada novela de Proust y, en concreto con el conocido fragmento de la magdalena:

"(...) por qué ese recuerdo me daba tanta dicha), la vieja casa gris con fachada a la calle, donde estaba su cuarto, vino como una decoración de teatro a ajustarse al pabelloncito del jardín que detrás de la fábrica principal se había construido para mis padres, y en donde estaba ese truncado lienzo de casa que yo únicamente recordaba hasta entonces; y con la casa vino el pueblo, (...)"
                                                                           (Traducción Pedro Salinas)

   Pero es que  había releído, unos párrafos previos a estos dos que señalo en Los apuntes... , estas palabras:
   "Pues los versos no son, como creen algunos, sentimientos (se tienen siempre demasiado pronto), son experiencias" 
  ¿Leyó Langbaum a Rilke cuando redactó su Poetry of Experience, que tanto ha dado de sí -al menos, como denominación-?


2 comentarios:

Fernando dijo...

Qué culturón, Inmaculada.

Inmaculada Moreno dijo...

Bueno, yo en legislación estoy pez.
Un saludo agradecido, Fernando.