domingo, 19 de febrero de 2017

Febrero

   El árbol tiene el ramaje pardogrisáceo y sarmentoso. Es mi árbol ascético de todos los inviernos, el de la firme adustez que esconde una magnificencia de raíces.  Por las mañanas, los gorriones revolotean a su alrededor y dan la apariencia de envolverlo en un hilo invisible. A veces se posan en una ramita precaria simulando anudar delicadamente el hilo de su red misteriosa y hablan entre ellos: -¿te parece bien aquí?, ¿te hace daño?-  He llegado a pensar que ese hilo existe, que es el que preserva la corpulencia seca de los desmanes de febrero y sólo ellos, los pájaros y el árbol, están en el secreto.

María Kitano

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