domingo, 6 de abril de 2014

Estos, Fabio, ay dolor...

   Visitamos el Yacimiento de doña Blanca, que está aquí, a las afueras de la ciudad. Se trata de un yacimiento arqueológico y es imposible no sobrecogerse ante la evidencia del tiempo paseando entre uno de sus más palmarios estragos. Los restos de un pasado dignísimo se mostraban delante de nosotros acompañados por carteles mal redactados y firmados por la Junta de Andalucía.
   Nos salió al encuentro quien hacía las veces de recepcionista elegantemente uniformado. 
 -Esto es la secuencia ecológica. 
 -¿Cómo? 
 -La secuencia ecológica  -repitió poniendo delante de nosotros un folleto lujosamente editado. Lo cogimos, claro, y, ante nuestra cara de extrañeza, vuelve a repetir ya visiblemente malhumorado:
 -¡La secuencia ecológica!
 -Gracias.
En el primer epígrafe de la preciosa cartulina doblada leímos: "Secuencia cronológica".
 -Y después dirán que estudiar lenguas clásicas no sirve para nada  -murmuraba  E. con sonrisa mal contenida. Y yo, señalando disimiladamente a nuestro amable informador:
 -Estos, Fabio, ay dolor...
Qué mirada tan triste la de la Minerva de Botticelli

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues quien nos guiaba en la peregrinación a Jerusalén, comentó que a la Piscina Probática (de las Ovejas) alguien la designó como la piscina acrobática.

Inmaculada Moreno dijo...

Jejeje el espectáculo es más popular que la historia y el sentido común juntos.