viernes, 27 de abril de 2012

Alrededor del 23 de abril

   Alrededor del 23 de abril se multiplican los escasos actos literario-sociales en los que tomo parte. El resultado siempre es grato, aunque agotador. La visita a un precioso pueblo de la sierra de Cádiz, las impresionantes montañas, el lujo del verdor y de la luz, el reencuentro con sus habitantes lectores (casi todos lectoras) que vuelven a decirte que sí, que sí, que tú les estás interpretando sus propias experiencias, sus dolores, sus nostalgias, su nosequé...  Los chavales de primero de ESO, unos días antes y en otra ciudad, que se sorprenden de que la poesía sea algo más cercano y más personal de lo que ellos creyeron ver en los ejemplos de los libros de texto. El reencuentro con amigos, el intercambio de libros...
   El placer de la jornada del día 20, además, me deparó un regalo delicioso para la inteligencia y para la sensibilidad: Enrique García-Máiquez me llevó su El pábilo vacilante que me tiene engolosinada. Este género -el blog literario- cuando está bien hecho, es como el haiku del artículo de opinión, con su concisión que estalla dejando una silenciosa y doméstica onda expansiva. 

"Lectura del Quijote", Museo Garnelo


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