martes, 22 de enero de 2013

"Así tomados, de uno en uno"

   Ayer les puse a un grupo de alumnos "Palabras para Julia", de José Agustín Goytisolo, cantado por Paco Ibáñez. El libro de texto lo proponía y yo ya lo tenía colgado en mi web de materiales didácticos desde hace dos o tres años... Siempre me había conmovido ese emblema del amor paterno, ese canto de voluntad iniciática por aquél que quiere proteger a su hija más allá de su propia vida y se adelanta a las dificultades que podrán sobrevenirle, enseñándole a salvarlas precisamente por el amor que le tiene:


 "Entonces siempre acuérdate 
  de lo que un día yo escribí
 pensando en ti..."


Bello, magnífico, emocionante. Y la voz grave de Paco Ibáñez, con esa buscada falta de énfasis... Ah, conmovedora. Pero, de pronto, me di cuenta: ¿cómo dice, amigo José Agustín? 



"Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno,
son como polvo, no son nada"


    ¿De uno en uno no somos nada? ¡Un hombre, solo o acompañado, lo es todo! ¡Una única mujer es, en sí misma, más valiosa que cualquier ente abstracto, que cualquier síntesis de masas, que cualquier idea, que cualquier cosa! Un hombre, una mujer, no deben nunca ni estar, ni sentirse solos; pero cada uno de ellos, tomados de uno en uno, son de un valor incalculable.  Y, si no somos capaces de tener esto claro, entonces se podría justificar cualquier cosa.


Detalle del "Guernica" de Picasso
   


6 comentarios:

Fernando dijo...

Me parece exacto, Inmaculada. Si uno se aleja de la fe cristiana es fácil acabar exigiendo a los demás una característica (la mujer feminista, el catalán nacionalista, el joven vividor), de tal forma que si no la tiene queda deshumanizado, como una especie de mono que no merece mucho respeto.

Espero que respondieran con inteligencia, los alumnos.

Inmaculada Moreno dijo...

Fíjate que no pido ni eso. Desde cualquier fe, desde la no fe incluso. Si simplemente fuésemos conscientes de que el ser humano -por el mero hecho de serlo- es merecedor de todo el respeto y de toda dignidad... Si aceptáramos eso que parece de Perogrullo...

Anónimo dijo...

La persona del hombre es la más noble cosa del mundo (Ley 26, Partida Séptima de Alfonso X el Sabio).
Jilguero

Inmaculada Moreno dijo...

A ver si va a resultar que en lo que media del siglo XIII al XX (y aun al XXI) nos hemos barbarizado.
Gracias, Jilguero.

Anónimo dijo...

Hemos avanzado. La cita es el comienzo de una ley de carácter procesal, que trata de que la pena de muerte u otra de carácter corporal sólo se imponga si hay pruebas absolutamente seguras de la comisión del delito. Pero el comienzo de la ley es verdaderamente espectacular.
Jilguero

Inmaculada Moreno dijo...

Ah, ya descanso. Algo mejoramos.
Efectivamente, hermosa introducciÓn.