Estamos marcados por nuestro origen divino. Nos atrae el bien, el amor -y sus vástagos como la generosidad-, lo eterno y lo bello. En esos cuatro valores está nuestra alegría y nuestra paz; su carencia nos enferma ¿Por qué a veces me da un extraño pudor reconocerlo?
Miguel Ángel Buonarroti
3 comentarios:
Pues claro que estamos marcados con esa impronta a la divino y, efectivamente, ese extraño pudor lo sentimos, pero si lo asumimos y ahondamos un poco más encontramos un sereno y reposado consuelo ¿No crees?
¡Exacto! Hasta en la persona alejada de Dios se ve que esto es así.
Sí lo creo, Eugenio.
Me alegro de que coincidamos, Fernando.
Cada vez creo más que estamos bañados en una estraña gracia que nos impele al bien y que en seguirla está nuestra felicidad, aunque suene cursi, qué le vamos a hacer.
Publicar un comentario