Pedro Sevilla publicaba en el nº 4 de Isla de Siltolá (pág. 33) este estupendo poemita:
Cementerio en Rabat
¿Que no se olvida a los muertos?
Yo he visto cubrir al mármol
la yerba de un cementerio.
Son los desastres del tiempo,
que con el tiempo olvidamos
los recuerdos de un recuerdo.
Menos mal que Dios es bueno,
y a lo mejor con sus manos
nos roza y nos hace eternos.
Hay un mármol concreto en el que es posible que haya mucha hierba, no me importa; sin embargo, en el Sagrario que hay casi enfrente de casa no quiero que falte nunca una rosa; porque yo sí espero, contra toda soberbia empirista, que con sus manos...
1 comentario:
Amén, Inmaculada.
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